Sevilla 1977 , 2025
60 x 81 cm...............150€
Información sobre el plano. Fuente Instituto Cartográfico de Andalucía
Título
Sevilla (J-29-96; J-30-85)
Autor
Estado Mayor General de la URSS, G. F. ShapovalovEl oficial al mando, el teniente coronel G. F. Shapovalov
Descripción
1 mapa : en 2 hojas : impreso, col. ; 82,32 x 102,13 y 52 X 102,13 cm, en h. de 91 x 109,64 cm
Datos
Escala 1:10000. Escala gráfica de 800 metros. Curvas de nivel equidistantes 20 metros
Notas
Aunque por tratarse de una obra relativamente reciente pueda decirse que, en sentido estricto, es ajeno a la cartografía histórica, en este caso se trata, sin duda, de un plano “histórico”, por las especiales circunstancias que concita: es una representación de Sevilla producida por la cartografía militar de la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Forma parte del proyecto desarrollado a escala global por los servicios militares de la URSS en los años de la Guerra Fría, un asombroso proyecto secreto dedicado a cartografiar el mundo. Por lo que se va conociendo, la cifra de mapas diferentes producidos de todo el planeta se situaría por encima del millón, con unas tiradas de ejemplares que resultan literalmente incontables. Junto a los mapas territoriales, se cuenta una serie de planos urbanos de los que conoce la existencia de más de dos mil de ciudades de distintos países, aparte de aquellos de la URSS, editados en su gran mayoría entre fines de los años sesenta y principios de los noventa. Su calidad cartográfica y gráfica, exactitud y sorprendente contenido informativo suscitan el interrogante de cómo se confeccionaron, dado el halo de secretismo que todavía los envuelve. Debieron emplearse cuantas fuentes cartográficas y documentales, oficiales y de otro género, pudieran recopilarse, junto con el apoyo de fotogrametría satélite, pues el período de su máxima producción coincide con la operatividad de los satélites soviéticos Zenit con capacidad fotográfica. El detalle de los datos que contienen induce a considerar que, en muchos casos, debió obtenerse también información sobre el terreno. Según el estudio que les ha dedicado J. Cortés, se tiene constancia de 49 planos de ciudades españolas, nueve de ellos de poblaciones andaluzas, editados entre 1973 y 1991. Este considerable número para España se explicaría por el interés estratégico del país y la presencia en su territorio de bases norteamericanas . El plano de Sevilla, compilado en 1975 y editado en dos hojas en 1977, es una excelente muestra de esta serie, y una magnífica representación de la ciudad en el tránsito de su gran expansión urbana y metropolitana durante el último tercio del siglo XX. Apenas habría otra imagen cartográfica del conjunto de la capital que pudiera equiparársele y haberle servido de base, salvo, en parte, el plano director de la cartografía militar española de 1961, pero es evidente que consiste en una obra por completo novedosa. Según la codificación aplicada a toda la serie, en el plano de Sevilla se distinguen las áreas urbanizadas en ocre, las plantas de edificaciones individuales en marrón, los bloques de construcciones en altura con rayado y zonas verdes. Los elementos de más interés estratégico se resaltan en púrpura, para oficinas gubernamentales y administrativas, verde para instalaciones militares, centros de comunicaciones y depósitos de combustible, y negro para industrias militares y civiles y estaciones, con un número que los identifica en una “lista de objetos” importantes al pie del mapa. En la trama viaria se destacan en naranja las principales arterias de acceso y circulación, y en sendas listas al pie se recogen un callejero y el texto de un “resumen”, en el que se ofrece una caracterización de las condiciones geográficas, la economía y otras facetas de la población. Un plano en el que se integran además otros muchos datos y que constituye, en suma, el más rico documento de información georreferenciada.
Diario de Sevilla
Objetivo Sevilla: el mapa soviético de 1977
El rastro de la Historia
Durante la Guerra Fría, la URSS cartografió la ciudad con alta calidad y detalle, destacando los edificios militares, gubernamentales, energéticos e industriales
29 mayo 2024
Silverio
Solemos ambientar la Guerra Fría en ciudades frías y brumosas, como Berlín o Moscú. Sin embargo, como a nadie se le escapa, este largo conflicto por la hegemonía global que enfrentó a EEUU con la URSS afectó prácticamente a todos los países del mundo, entre ellos España, que tanto con la dictadura de Franco como con la Democracia se alineó con el llamado Bloque Occidental. Es decir, se convirtió en objetivo soviético. Esto se entiende mejor si sabemos que la doctrina militar de la OTAN contemplaba transformar la Península Ibérica en un gigantesco aeropuerto desde el que organizar la reconquista de Europa en caso de que los tanques rusos llegasen a Los Pirineos. El Estrecho de Gibraltar era otro de los grandes valores geoestratégicos de nuestro país.
En este contexto se inserta, gracias a los Pactos de Madrid de 1953 entre España y EEUU, la creación en Sevilla de dos bases aéreas norteamericanas: la de San Pablo (ya desaparecida) y la de Morón de la Frontera, aún operativa. Asimismo, muy cerca de la ciudad se construyó la base aeronaval de Rota, guardiana de la entrada y salida del mar Mediterráneo. Todo esto hizo que la Rusia comunista se fijase en Sevilla, hasta el extremo de cartografiarla con un detalle que ni siquiera tenían los planos españoles. Nos referimos al mapa de 1977 realizado por la el Estado Mayor General de la URSS, firmado por el teniente coronel G. F. Shapovalov.
El mapa soviético de Sevilla pertenece a una de las empresas cartográficas más ambiciosos de la historia. La URSS, para sustentar sus pretensiones hegemónicas, inició un plan secreto que pretendía elaborar planos de todo el mundo. El cálculo es que se llegaron a ejecutar más de un millón de mapas de los lugares más variados del mundo, entre ellos unas dos mil ciudades. En concreto, de España se cartografiaron 49 ciudades, de las que nueve eran andaluzas.
Aunque debido al secretismo que envuelve todo lo relacionado con este proyecto no se sabe muy bien cómo se realizó dicho mapa de Sevilla, se estima que los técnicos soviéticos tuvieron que usar cartografías españolas, guías de viaje y fotos de los satélites Zenit-4MK, que operaron entre 1970 y 1980 y tenían una excelente tecnología fotográfica para la época. Asimismo, se debió requerir la presencia en Sevilla de agentes a pie que aportasen información suplementaria, como la ubicación exacta de instalaciones militares, industriales, de gobierno, etcétera. Esto nos recuerda los pocos estudios sobre las operaciones de espionaje que tuvieron a Sevilla como escenario en los años de la Guerra Fría. Todo un reto para la historiografía local.
Como se afirma en el libro Sevilla, cartografía histórica. Planos y mapas, siglos XVI al XX, dirigido por Manuel Olmedo Granados, el mapa soviético de Sevilla, que está realizado a escala 1:10.000 y editado en dos hojas, es "una magnífica representación de la ciudad en el tránsito de su gran expansión urbana y metropolitana durante el último tercio del siglo XX". Su valía es considerable si se tiene en cuenta que "apenas había otra imagen cartográfica del conjunto de la capital a su escala que pudiera equiparársele". Lo que en su día tuvo un uso militar, hoy es una excelente fuente de estudio para las profundas transformaciones de Sevilla en las últimas décadas.
Que es un mapa para uso militar no hay duda. De hecho, los elementos de mayor interés estratégico se resaltan en diferentes colores: púrpura para los edificios gubernamentales; verde para los militares, centros de comunicaciones y depósitos de combustible; y negro para la industria civil y militar. Sin embargo, uno de los mayores estudiosos del documento, Joaquín Cortés, alguna vez ha destacado que no es un mapa sin errores. De hecho contiene varios, como el de señalar al entonces activo Hospital de las Cinco Llagas como un edificio militar, o marcar como edificios industriales los cuarteles de Bellavista, entonces sedes de dos unidades militares de gran importancia: el Regimiento de Artillería de Campaña 14 y el regimiento de Caballería Sagunto 7. Además, a la Fábrica de Hispanoaviación de Triana la considera en activo cuando ya estaba abandonada.
Diario de Sevilla
5 septiembre 2015
El mapa de Sevilla que captaron los satélites soviéticos
Los documentos indican que la capital tenía interés estratégico para Rusia en los años setenta Mapas inéditos de Sevilla y otras siete ciudades andaluzas hechos por la URSS con un elevado grado de detalle 1971-76
Satélites espías rusos de uso militar captaron durante la Guerra Fría, en la década de los años setenta del siglo pasado, imágenes de alta resolución de la ciudad de Sevilla y de otras siete andaluzas por su interés estratégico, militar y económico. Con esos datos el Estado Mayor realizó dos mapas secretos de la Sevilla Norte (Sevilla 1) y Sur (Sevilla 2) con un gran nivel de detalle, a una escala 1-10.000 muy avanzada para lo que existía en España en aquellos años, unos documentos vendidos tras la desintegración de la Unión Soviética que fueron adquiridos por el Instituto Cartográfico y Geológico de Cataluña (cartotecadigital.icc.cat/cdm /ref/ collection/espanya/id/2658), que los digitalizó en 2014 y ahora ha autorizado su visualización desde la web del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (www.juntadeandalucia.es/institutodeestadisticaycartografia/blog/ 2015/09/mapas-ineditos).
Los mapas tienen importancia porque muestran que en esos años "también la ciudad de Sevilla tenía interés estratégico para los rusos en la Guerra Fría", destacó ayer a este periódico Arturo Fernández-Palacios, subdirector del citado Instituto andaluz, quien añade que "sorprende que los rusos ya pudieran moverse entonces por la ciudad a una escala que no era accesible al ciudadano español de a pie, sino sólo a los militares". Hoy en día ese grado de detalle se ha universalizado con Google Earth al alcance de un botón en los móviles, tabletas u ordenadores, pero en los años setenta era impensable, destaca Fernández-Palacios.
En verde oscuro los rusos señalan los edificios de Sevilla de interés militar, los depósitos de combustibles y centros de telecomunicaciones; en negro, las zonas industriales y estaciones de ferrocarril; y en carmesí los edificios oficiales. También se distinguen los cuarteles en proyecto y los barrios densamente construidos con edificaciones en altura.
Otra curiosidad son los "errores de bulto" que cometen los rusos al señalar como militares edificios que no lo eran, como el antiguo Hospital de las Cinco Llagas (actual Parlamento). Sin embargo, los cuartes de Bellavista los identifican como uso industrial, algo erróneo. Las instalaciones de Hispanoaviación en Triana las consideran de uso industrial cuando ya estaban abandonadas. Con el aeródromo de Tablada sí aciertan al señalarlo en color verde oscuro. Al no haber trabajo de campo el nivel de precisión es relativo: +/-50 metros.
Los mapas son una foto fija de la ciudad en aquellos años y muestran, por ejemplo, que aún había obras que interrumpían el cauce del Guadaíra y otras obras portuarias.
Los errores citados se entiende que fueron provocados por el uso de información desfasada. Los contenidos de estos mapas muestran que los rusos debieron usar la cartografía española preexistente, de escalas de menor detalle y antiguas. Era insuficiente la cartografía topográfica española con el detalle y la actualización necesarios. El trabajo de los rusos fue importante porque el Instituto Geográfico Nacional no disponía de cartografía a escala 1.10.000 de las ciudades españolas, pues sólo el Servicio Geográfico del Ejército disponía de cartografía a 1.10.000 de muy contadas ciudades españolas y referidas a instalaciones de carácter militar. La institución productora americana , el U.S. Army Map Service, produjo series que cubrían todo el territorio, pero a escala 1.50.000.
Además de las imágenes de alta resolución de la ciudad, los mapas muestran la toponimia y el callejero, la clasificación de los edificios e infraestructuras, la batimetría del río (algo inusual) y la altura de los edificios. La presencia de callejero sorprende a los expertos porque las agencias cartográficas de España (IGN) y de Andalucía (IECA) no se dotaron de un callejero hasta entrado el nuevo milenio, y sólo los ayuntamientos y el catastro contaban con cartografía con callejeros, con un nivel muy desigual de actualización.
El nivel de detalle de los planos es espectular para la época. La Unión Soviética disponía de satélites de reconocimiento, como los Zenit-4, explotados entre los años 1963 y 1970, que estaban equipados con una cámara fotográfica de alta resolución capaces de obtener fotografías de entre 1 y 2 metros de cualquier lugar del mundo. En 1970 aparecieron los Zenit-4MK, que existieron hasta 1980. Podían colocarse en una órbita más baja y obtener una resolución y una calidad de imágenes más altas. En 1977 comenzaron su vida operacional los satélites Yantar, cuyas fotografías alcanzaban resoluciones de 50 centímetros. Como curiosidad, la mayoría de estos satélites espías portaban sistemas analógicos de fotografía que eran enviadas a la Tierra en "cápsulas de descenso", dotadas de un paracaídas y de un sistema de radiobalizas que permitía su localización y recuperación de las películas fotográficas y de las cámaras utilizados durante la misión.
Andalucía no contó con cartografía a escala 1.10.000 hasta 1992 y fue la segunda comunidad autónoma tras Cataluña en dotarse de una cartografía básica a una escala territorial de tanto detalle. Esto hace más relevante el esfuerzo de la Unión Soviética para dotarse de cartografía de ciudades de interés estratégico en una fecha tan temprana y sin referencias previas.
En total los rusos elaboraron mapas de 35 ciudades españolas, entre las que figuran las ocho andaluzas. Los ocho planos urbanos son, además de Sevilla, Algeciras, Cádiz, Málaga, Gibraltar-La Línea, San Fernando, Granada y Jerez de la Frontera, levantados por el Servicio Cartográfico de la Unión Soviética entre 1971 y 1976 y editados, cada uno de ellos, dos años después. Sorprende que no aparezca Córdoba, pero es posible que el proyecto no llegara al culminarse.
En la Cartoteca Histórica de Andalucía del Instituto trabajan 25 personas, entre ellas Joaquín Cortés José, jefe del Departamento de la Cartoteca Histórica de Andalucía; María Jesús Gómez Ramos, archivera de la cartoteca; y Cristina Fernandez Álvaro, jefa del Servicio de Difusión.
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